Cuando las temperaturas exteriores se disparan, el aire de la casa o la oficina se vuelve insoportablemente caliente y cargado. Si no tienes aire acondicionado, tendrás que usar un ventilador para que entre aire fresco. Básicamente, existen tres tipos de ventiladores: de techo, de pie y de mesa. Todos ellos garantizan una mejor circulación del aire, pero no pueden reducir la temperatura ambiente per se. Un ventilador de pie o de mesa hace que el aire se mueva, lo que la piel humana percibe como enfriamiento. Para muchas personas, esto hace que se sientan más cómodas; en las oficinas, un ventilador puede reducir la bajada de rendimiento y aumentar la concentración en los días calurosos al regular la temperatura. Sin embargo, también suele ocurrir que las personas se resfríen debido a un exceso de corriente de aire. Los ventiladores de sobremesa y de pie ofrecen la posibilidad de refrigerar a grupos individuales de empleados sin que los demás se vean afectados por el cambio de aire.
En comparación con los ventiladores de pie, los ventiladores de mesa son el modelo de ventilador más pequeño. Debido a su pequeño tamaño, es adecuado para colocarlo sobre un escritorio, por ejemplo. Sin embargo, como un ventilador de mesa suele tener una potencia limitada, no provoca una corriente de aire especialmente grande, por lo que sólo una o unas pocas personas pueden beneficiarse del efecto del ventilador de mesa. Sin embargo, esto es suficiente, teniendo en cuenta que la distancia entre el tablero y la persona sentada en el escritorio, por ejemplo, es mínima. Mientras que con un ventilador de pie el flujo de aire llegaría más allá de cada empleado, el ventilador de mesa proporciona una refrigeración selectiva. En el caso de mesas para varias personas, a pesar de la escasa potencia de un ventilador para la mesa, hay que procurar que el flujo de aire no sea suficiente para desorganizar los documentos y papeles de la mesa vecina o para interrumpir la concentración de la persona sentada a su lado -aunque sólo sea un poco- debido a una corriente de aire.
Si desea mejorar la calidad del aire en toda una zona, los ventiladores de pie son más adecuados que los ventiladores de mesa. La cabeza del ventilador de pie, es decir, el rotor y las palas del rotor, se eleva sobre un soporte, cuya altura puede ajustarse en muchos modelos. Algunos ventiladores de pie también tienen ruedas en los pies para poder utilizar la "máquina de viento" en distintos lugares de la habitación. Con los ventiladores de pie -como con todos los ventiladores- hay que prestar atención al rendimiento. El tamaño y el rendimiento del ventilador son decisivos para el caudal de aire que se genera. Dado que tanto los ventiladores de mesa como los de pie suelen tener un cable, es importante garantizar que la "brisa fresca" no se convierta en un peligro de tropiezo, además de la sensación personal de cada uno. El uso de este tipo de ventiladores puede convertirse así en un verdadero método de mejora de la eficiencia. Encontrará más información en nuestra guía para encontrar el ventilador adecuado.
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