Los balastos son necesarios en luminotecnia para el funcionamiento de lámparas fluorescentes, bombillas fluorescentes compactas (por ejemplo, bombillas de bajo consumo) y bombillas de descarga. Un balastro es un dispositivo necesario para la limitación de corriente que controla la corriente de irrupción, superior a la corriente de funcionamiento. Los balastos son dispositivos de funcionamiento esenciales para las bombillas de descarga y las bombillas fluorescentes. En principio, cada balastro está fijado a una potencia específica, pero también existen dispositivos universales diseñados para diferentes potencias. Sin embargo, la finalidad de los balastos no es sólo limitar la corriente y regular la intensidad de la lámpara, sino también encenderla y, por tanto, arrancarla. Por lo tanto, los balastos también disponen del dispositivo de encendido y arranque necesario para algunas lámparas.
Que el balastro ya esté integrado en lámparas y luminarias o que haya que instalarlo por separado depende de cada lámpara o luminaria. Las bombillas fluorescentes, por ejemplo, siempre contienen un balastro. El balastro no suele estar integrado en las luminarias que funcionan con bombillas fluorescentes compactas, pero suele suministrarse. Mientras que el balasto de las bombillas fluorescentes compactas siempre está integrado en el casquillo, en el caso de las luminarias con bombillas de descarga a veces está integrado en la luminaria y a veces no.
Los balastos están disponibles en tres diseños diferentes. El balastro convencional (CCG) es un dispositivo electromagnético basado en procesos mecánicos. Como los CCG no eran lo bastante eficientes desde el punto de vista energético, se prohibieron hace unos años. Los balastos de baja perdida (LVG) fueron la evolución de los CCG. Sin embargo, no llegaron a ser muy importantes porque algunos de ellos eran más grandes y pesados, a pesar de ser más eficientes energéticamente. El balastro que se utiliza habitualmente hoy en día es la versión electrónica (ECG), que no sólo es más pequeña y ligera, sino que también consume menos energía, permite una luz sin parpadeos y ayuda a que la lámpara sea más eficiente. Los balastos electrónicos también garantizan el apagado automático de las lámparas defectuosas y ofrecen la posibilidad de atenuar la intensidad de la luz.
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